La Acción Socialista

Periodico Sindicalista Revolucionario

Importante

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En lo sucesivo diríjase toda la correspondencia de Administraciòn y Redacción, á nombre de Aquiles S. Lorenzo, Azcuénaga 981.

Por reclamaciones personales dirigirse al local de costumbre, Solís 924, de 8 á 10 p. m.

En vispera de guerra internacional?

Con insistencia sobrada para llamar nuestra atención, perduran los rumores de proximos é inmentes conflictos entre este país y la República Oriental y el Brasil. A las vaguedades y disimulos propios de la diplomacia capitalista, tendientes á perturbar la observación y, el comentario público, han sucedio en estos últimos días resoluciones ó movimientos del estado argentino que ampliamente denuncian la realidad de la situación.

Nuestro gobierno con sumo apuro se dispone á reorganizar y robustecer sus ejércitos de mar y tierra. Se apresta pues, con inesperada diligencia para actuar en un peligroso conflicto internacional.

El Brasil ya está preparado. La República Oriental grita y estrila, como si á ella le correspondiera en la emergencia que se acerca, el papel de intermediario, no para hacer la paz sino para promover la lucha entro los dos verdaderos contendientes: Brasil y República Argentina.

Que del conflicto en vispera de plantearse ocurriera una guerra, no tendría nada de extraño. Suponerla, enara en el campo de las prevísíones logicas.

Y bien, cuál sería la actitud de los trabajadores argentinos, en circunstancias somejantes? Cuál debe ser desde ya su actitud, frente á los preparatiyos y los desplantes bélicos de nuestra burguesia?

Más de una vez hemos puesto de relieve cómo el movimiento obrero desarrollándose en el terreno de la lucha de clase, asume y se revela ep( )todo momento con un carácter netamente antiestatista, y en su consecuencia, antimilitarista y antipatriótico.

Un movimiento obrero tal se traduce en la tendencia del proletariado á destacarse de la clase capitalista, y á negar toda su organización.

A su vez, ese movimiento obrero se nos presenta como un proceso interno de la clase, que se capacita, que se eleva, y que se afirma con la formación y desarrollo de una organización propia.

Desde el momento que los trabajadores inician su lucha emancipadora, ellos se desligan de las instituciones burguesas y tienden á destruirlas.

Y no sólo no le merecen ningun cuidado esas instituciones capitalistas, sino que se empeñan en minarlas, como efecto inmediato de su lucha de clases, y como una necesidad ineludible para promover el desarrollo de su organización especifica, plantel de la sociedad futura.

Qué valen entonces para los trabajadores organizados la patria burguesa, el estado burgués, la prosperidad de las industrias nacionales, el honor y la grandeza nacional? Nada, absolutamente nada, que no sea una una profunda adversidad y un ataque continuado hasta su completa destrucción.

Los trabajadores solo tienen que preocuparse en robustecer la vida de sus organizaciones y apresurar su lucha emancipadora. Todo lo que esté en contra de esto, está en contra de ellos.

En su consequencia, cualquier guerra internacional, es asunto que en nada vincula á los trabajadores, sea cuales fueron las circunstancias que la provocaran.

Una guerra internacional no conduce en ningina forma al bienestar y emancipación del pueblo obrero. Peor aun Una guerra entre dos naciones solo puede conducir al proletariado á descuidar la guerra social, para sacrificarse en defensa y beneficio de las instituciones burguesas, provocando á su vez un detrimento irreparable á los organismos netamente obreros.

Los trabajadores pues, no deben prestarse ó concurrir á una guerra internacional. En caso de un conflicto de la República Argentina con cualquier otro país, nuestro proletariado debe afirmar su voluntad incoercible de negar su concurso.

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Pero esa voluntad para hacerse efectiva, debe estar dispuesta á hacerse respetar. De otra manera será burlada por la imposicion capitalista que obligaría á marchar á los campos de batalla.

Así, puesto el asunto, no hay nada más que una sola salida, fuera de las declaraciones platónicas y decadentes. La oposición á una guerracon el Brasil ó con cualquier otrp país, para que se haga efectiva es necesario que los trabajadores argentinos se dispongan á contrarrestar los designios capitalistas, lanzándose á la guerra social con un impetu y una resolución suprema.

Esa es la única actitud que corresponde á un proletariado valiente y esclarecido.

¿Pero las condiciones actuales de nuestro movimiento obrero, harían posible semejante conducta?

¿Podría realizar tal acto de potencia superior una clase obrera sin espiritu, decrépita, alejada de la lucha, casi totalmente desorganizada y roída por mil divisiones intestinas? Una clase obrera que ha sido

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icuapaz de realizar su unidad interna por no haber podido vencer las influencias extrañas existentes en su seno, puede ser capaz de contestar con la insurrección á unda guerra internacional?

Un movimiento obrero que por su decrepitud permite la propaganda que actualmente se realiza en su propio seno en contra de la lucha de clases y en contra de las organizaciones obreras, no puede nada absolutamente.

Un movimiento obrero que se entrega con resignación musulmana al capricho de los que predican que es necesario emancipar á los burgueses (oh!?), no va á ninguna parte y menos á la insurrección.

Pero si sinceramente los trabajadores organizados del país anhelan oponerse á todo conflicto internacional, deben deinmediato proceder á empeñar la lucha, á reconcentrar las fuerzas, levantar sus organizaciones sindicales y enaltecer su espíritu solidario y combativo. De otra manera todo se irá en charlatanismos y bravatas ridiculas.

Organización y Lucha de Clases

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CRRÁCTER Y FINALIDAD DE LA ORGANIZACIÓN OBRERA

La organización obrera es por excelencia organización de clase. Desde que nos organizamos por oficios, luego en federaciones de oficio, más tarde en federaciones locales, comarcales, regionales, continentales y mundial al último, reconocemos de hecho que somos clase explotada y oprimida; y que la organización responde a concluir con la èxplotación y opresión de que somos victimas, destruyendo las clases que conservan la opulencia por un lado y la misoria por el otro, perpetuadoras ésta de nuestra esclavitud.

NUESTRA ACCIÓN ES PROGRESIVA
EL REGIMEN

Entendemos que todo progreso se debe á la acción energica desarrollada por los individuos, pueblos y naciones oprimidas contra sus opresores. Nuestra acción es entonces progresiva, desde que la organización obrera va contra el patronato y el Estado con todos sus organismos é individuos que los conservan. Empieza ésta con el simple centavo exigido al burgués que nos explota, se desarrolla buscando siempre más amplios horizontes donde aplicar sus energias y se pierde en el infinito satisfaciendo las necesidades cada vez más crecientes de la vida.

EL RÉGIMEN

Entendemos con sobrada razón, que el régimen está sostenido por hombres y no por abstracciones; si asi no fuera, cae de su propio peso que el régimen no existirla. Nuestra acción de clase, no va contra la palabra régimen, sino contra los individuos que para vivir bien sustentan un orden de cosas intolerable para nosotros.

NO ADMITIMOS LA COLABORACIÓN DEL BURGUÉS

En nuestras luchas no admitimos la colaboración del burgués, por una razón muy sencilla.

El burgués podrá sufrir todas las consecuencias que se quieran del actual orden de cosas, pero nunca dejará de ser tal para venir á nuestras filas á pasar miserias y privaciones de todas clases como la que nosotros pasamos. Cómo entonces vamos á tenerle consideraciones cuande él no las tiene con nosotros? Su existencia en el mundo real de las cosas implica nuestra esclavitud, por lo tanto no admitimos su colaboración en nuestra luchas; porque sería el suicidio del movimiento obrero.

La humanidad empieza de aquí, á dividirse en clase por interes es antagónicos.

AL PAR QUE LA ACCIÓN OBRERA SE AMPLIA, PATENTIZA CADA VEZ MÁS LA EXISTENCIA DE LAS CLASES.

Profundizando cada vez más el problema, vamos hacer más patente la existencia de las clases y demostraremos, según creo, como éstas son opuestas y enemigas naturales.

Cualquiera de nosotros habrá observado cuando nos hemos lanzado á una huelga, que el burgués lleno de sentimientos humanitarios, aspiraciones altruistas, acciones

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generosas y preñado de idealismos ha llamado la policía, el ejército, etc., en defensa de sus intereses lesionados por la acción conquistadora de nosotros, los trabajadores. De aqui parte de que veamos cuando estamos en lucha contra el patrono al policía que nos encarcela, al juez qne ordena nuestra prisión, al militar que nos fusila, al parlamentario que fabrica leyes contra nuestras aspiraciones de vida, y al Estado que se encarga de hacerlas cumplir como enemigos de nuestra emancipacion. Nuestra acción obra entonces, se amplía, y, al par que luchamos contra el Estado y sus organismos de conservación.

Se dirá que el ejército, la policía, como todos los organismos burgueses, sus más entusiastas defensores y sostenadores han sido y siguen siendo trabajadores. Aceptado. Pero para mayor comprención de todos, voy á formular una pregunta.