October 1, 1928

Afirmación

Publicación Anarquista

Buenos Aires — Rep. Argentina -

No deseo llevar la convicción, sino despertar la duda. Me complace que vuestro intelecto siga funcionando después del mío, aunque sea contra el mío. — R. Barrett

Compañero:

No seas celoso. Celos e impotencia son una misma cosa.

Realiza tu obra con amor. Púlela, supérala constantemente, pon en ella tu vida entera; dale tus ensueños y tus alegrías, que de sueños y cantares se nutren las obras bellas y buenas.

No seas celoso, compañero.

Admira en la obra ajena lo bueno, lo sabroso, lo fecundo, lo altamente humano que ella encierra y, si puedes, supéralo; pero hazlo por propio sentimiento, por propias ansias de embellecer la vida, nunca porque los celos de rival te acicateen.

Tu mejor obra será aquella en la que pongas más abnegación, más desinterés, más fe generosa, superándola y superándote siempre.

No sientas celos ante la obra ajena, compañero, que por ser amargos te inutilizarán para las bellas obras en las que es preciso poner mucha bondad, mucho amor.

Ama y crea. Y que tus creaciones sean hijas de tu gran fiebre amorosa.

Los incompletos

Aquellos que, al nacer, emprendieron el camino de la vida sin querían su mochila de viaje la madre les pusiera un poco de abnegación, de desinterés, ce espíritu de sacrincio, no parándose ya mayores, a recapacitar sobre su desmesurado egoísmo que sin freno creció, están perdidos, llámense como se llamen y milites en la derecha o en la extrema izquierda, para las más bellas acciones solidarias, para las más hermosas luchas por la libertad y la justicia, sirviendo sólo de lastre, de eso muerto, de entorpecimiento, de barrera obstaculizadora para los hombres entre los cuales actúan, viven y se desarrollan. Son los incompletos.

Fáltales el más hermoso sentimiento humano: el amor. Y, como con exceso, en ello crece, abonada con zumos de egolatría, la soberbia, no tienen, -- porque les falta la más poderosa de las fuerzas morales — el equilibro, la estabilidad consciente de los hombres normales.

Cuando loes incompletos no son sabios, gobernantes o aspirantes a directores de pueblos, los trastornos que causan a la humanidad son muy relativos. Pero cuando lo son o como tales se presentan y en ese sentido son admirados y reverenciados, envenenan a la sociedad deshumanizándola, bestializándola, sembrando por todas partes el dolor y el desconcierto.

Por falta de amor, y como síntesis del darwinismo, se nos presentó una falsa ciencia que nos hablaba de que los que en la actualidad llegaban, no tenían puesto su cubierto en el banquete de la vida, haciendo estragos no sólo entre los privilegiados que encontraban un punto de apoyo a sus inmoralidades, sí que también entre los incompletos científicos que regalaron el oído de los magnates que les pagaban libelos y en los que sólo se escuchaba entre el cascabeleo de sus trajes bufonescos, la algarabía de alabanzas a los más "aptos".

Por falta de amor y por exceso de soberbia, los gobernantes, escuchando sólo a ésta y desoyendo a aquel, créense, brutos desleales e inhumanos, que sólo en ellos se encierra la sabiduría, y ciegos y sordos ante los clamores de los hombres que desean ser libres, pisotean todas las dignidades y persiguen a los que no los reverencian. Y es que otros incompletos, nuevos tartufos que escriben y hablan en nombre de la "ciencia de gobernar", cantan loas al tirano.

Por falta de amor, los directores espirituales de pueblos, se enfangaron en el mercantilismo, comerciando con la moral, negociando con las más bellas concepciones humanas, encenegando la bondad hasta llevaría, carne olorosa y virgen, al lupanar. Y es que otros incompletos, para los que no resplandeció, cual sol tonificante, el amor, doblaron su cerviz y aplaudieron al sofista que vive a sus expensas.

Hombres sin amor, liberticidas y esclavos, son hombres incompletos, aunque atesoren riqueza y ciencia. Son aquellos seres egoístas cuyas madres no pusieron en su mochila de viaje un poco de abnegación, de desinterés, de espíritu de sacrificio, y que ya mayores, puestos en el camino de la vida, sólo se preocuparon de aumentar su egoísmo y su soberbia.